En un intento por modernizar su estrategia de comunicación y acercarse a las generaciones más jóvenes, el Gobierno ha lanzado el Programa Nacional de Influencers Patrióticos, una iniciativa que pretende "fomentar el orgullo nacional y fortalecer la cohesión social" a través de las redes sociales. El proyecto, presentado este jueves por la Secretaría de Comunicación Estratégica, contempla la contratación de cien creadores de contenido que difundirán mensajes de "unidad, empatía y pasión ciudadana" en plataformas como TikTok, Instagram y YouTube.
La propuesta llega en plena precampaña electoral y ha desatado un intenso debate político. Para el Ejecutivo, se trata de una "nueva forma de comunicación emocional adaptada a los tiempos digitales". Sin embargo, la oposición considera que el plan es un ejemplo de "propaganda encubierta" financiada con dinero público.
El programa contará con un presupuesto inicial de 800 millones de euros, según datos adelantados por el propio Ministerio. Los influencers seleccionados recibirán una remuneración mensual fija, además de incentivos adicionales denominados "bonos de compromiso ciudadano", que premiarán las publicaciones con mayor interacción positiva. Las piezas deberán incluir el hashtag oficial #AmaTuPaís y promover "mensajes de inspiración, civismo y amor por la nación", según el documento oficial al que tuvo acceso este periódico.
Durante la presentación, la portavoz gubernamental defendió la iniciativa y aseguró que el país "necesita más afecto colectivo y menos polarización". "Los influencers son los nuevos narradores sociales, y queremos que usen su voz para unir, no dividir", afirmó. La portavoz insistió en que el programa no busca propaganda política, sino "comunicar con emoción y autenticidad en un lenguaje que los jóvenes comprendan".
Las críticas, no obstante, no tardaron en llegar. El portavoz del bloque conservador, Rafael Medina, calificó el plan de "campaña de seducción política financiada por los contribuyentes". En declaraciones a la prensa, sostuvo que el Gobierno "confunde la comunicación institucional con el marketing emocional" y advirtió que "el amor a la patria no puede pagarse con dinero público ni medirse en likes".
Entre los posibles participantes del programa figuran reconocidos tiktokers, streamers y youtubers con millones de seguidores, algunos de los cuales ya habrían expresado su entusiasmo por el proyecto. Una creadora de contenido compartió un video con la bandera nacional ondeando de fondo y el mensaje: "Amar al país también es viral". La publicación superó el millón de visualizaciones en pocas horas, lo que, según fuentes del Ejecutivo, demuestra el "potencial emocional" de la campaña.
Expertos en comunicación política consultados por este diario consideran que la iniciativa refleja un cambio de paradigma en la estrategia gubernamental. "Hoy el poder no se ejerce solo con discursos ni con leyes, sino con emociones. Los gobiernos buscan engagement tanto como los influencers", explicó un analista. Sin embargo, advirtió que el uso de recursos públicos para generar sentimientos positivos hacia el Gobierno "plantea dilemas éticos y democráticos".
El debate sobre la relación entre emoción y política sigue abierto. Mientras el Gobierno defiende su apuesta por un "nuevo lenguaje ciudadano", los críticos temen que la frontera entre comunicación institucional y propaganda se diluya cada vez más. En una sociedad donde los likes pesan tanto como los votos, el riesgo de confundir la pasión con la manipulación parece más presente que nunca.